Samuel Calderón, un músico de Quilmes
A los 24 años, Samuel está en plena expansión de su carrera. Cada vez más cerca de alcanzar sus sueños, habla de su vida y de su carrera.
¿Qué hubiera sido de la vida de Samuel Calderón si en el verano de 1994 no hubiera escuchado por primera vez a Queen? Ese momento que marcó su vida cuando tenía cinco años. En ese momento supo que lo suyo era la música.The Show MustGoOn fue el tema que estaba sonando en el intervalo del evento.
“No sé por qué habrán puesto ese tema. Yo le dije a mi mamá, estaba con ella ese día, ´esto me gusta´. Ni siquiera sabía quién era, nada. Mi vieja fue a escondidas a preguntarle al DJ quiénes eran esos. Esto habrá sido enero o febrero y para abril, que es la fecha de mi cumpleaños, me regaló el cassette de Queen que tenía la canción esa, The Show mustGoOn. Creo que era un compilado. Después, a través de eso y gracias a Queen, empecé a escuchar diferentes cosas”.
Ese día marcó el punto de partida de la carrera de
Samuel. A los seis años, los reyes magos
le regalaron su primer guitarra. “Fue
muy rústica, muy dura. No la llegué a
disfrutar mucho. La sigo teniendo
todavía, no la uso porque se me descalibró.
Jamás pude descubrirla por completo porque no nos llevamos bien. Siempre va a ser mi primer amor esa
guitarra. Ninguna guitarra la va a
reemplazar.” Alma es el nombre que lleva
la guitarra que surgió de una especie de conexión instantánea entre los dos en
el momento del primer encuentro.
Lo define como músico es la guitarra. No compone canciones completas con otros
instrumentos. “No soy de componer con
otro instrumento que no sea la guitarra.
He compuesto canciones que son solamente para piano con la guitarra”.
En su música está presente en su música el folklore, que su
mamá le hizo escuchar desde siempre. “Es algo hermoso porque es de nuestras
raíces, es algo autóctono. Es algo tan
crudo, con tanta poesía y con tanta riqueza musical que, para mí, hoy en día,
hacerlo en vivo es un placer enorme”.
“Yo soy un
tipo que nunca se quedó quieto musicalmente”.
La música está presente en todo aspecto y todo momento de su vida. Compone a cualquier hora del día, sueña con
melodías y se despierta a la madrugada para componer. Al lado de su cama tiene su teclado, su
cómplice a las cuatro de la madrugada junto a los auriculares de sus momentos
de inspiración. En el colectivo, en el
trabajo, durante las comidas, “las musas
están en todos lados, en cualquier momento.
La música sale, no hay un tiempo para definir cuándo hacer música”.
Ahora está empezando a componer música instrumental, algo
que nunca antes había hecho. La melodía fue lo que lo llevó a meterse en estas
nuevas creaciones. La primera se la
dedicó a su mamá y se llama como ella, Marisa. “Ya con sólo escuchar la melodía
te vas a dar cuenta que es una hermosa canción como mi madre, que es una
hermosa persona. No hace falta tener
letra para describir a una persona o a un momento”. Es un músico inquieto, le gusta componer para
renovarse, no quedarse en lo que ya tiene.
“Me gusta seguir creando mucha música.
Todo el día estoy creando música y ensayando canciones nuevas”.
Sus primeros pasos arriba de los escenarios fueron en el
colegio, tocando en actos escolares y formando parte del coro. A los doce años formó su primera banda, con
la que hacía covers de rock nacional y jazz.
A partir de ahí, fue pasando por distintas bandas. La mayoría de ellas fueron fundadas por
él. Ahora, está en medio de su primer
proyecto solista, en el que se presenta con su banda bajo su nombre, Sam
Calderón.
Tan importante y tan presente está la música en su vida,
que también la lleva en la piel. Varios
tatuajes lo demuestran. Uno de ellos es una corchea. “Decidí tatuarme una corchea porque es una de
las figuras musicales más subjetivas y que tengo presente en mis pentagramas. El tiempo que marca es muy exacto, muy
correcto. Es lo que trato de interpretar
en mi música”. En su pecho lleva tatuada
una frase de Elvis Presley, que le cantaba su mamá desde muy chico: always on my
mind. Además, tiene un micrófono con un
pentagrama en su brazo. En la espalda,
se tatuó un corazón con alas que representa a la banda punk argentina Shaila. “Voy a llevar a la música hasta la muerte de
alguna manera”.
¿Cuál sería tu sueño como músico?
“Mi sueño es llegar al Luna Park, tocar en el Luna
Park. Con un solo día ya está”. Pero no sólo llegar, subirse al escenario y
tocar. Llenarlo. Ese es su sueño.
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